November 27th,

Creo firmemente en que algunas personas, al conocerse y cuando ya se conocen, tienen algo especial que las conecta, que las junta. Como si hubiera una especie de conexión entre ellas. Es decir, ¿nunca te ha pasado que te llevas muy bien con una persona sin ni si quiera intentarlo y otras veces por más que te esfuerzas en la conversación con otra persona no hay ese algo que consigue que sintonicéis? Es un concepto realmente difícil de explicar.

Tú y yo teníamos esa conexión. Desde el primer momento en que empezamos a hablar, la conversación era ligera en vez de forzada. Teníamos temas para hablar durante horas y horas; incluso a veces no hablábamos de nada en particular, pero no importaba, seguíamos teniendo esa conexión y era agradable no hablar de nada siempre y cuando fuera contigo.

Y no sé por qué siento que te estás distanciando.

Alargo la mano para agarrar la tuya, pero nunca lo consigo; te escapas, estás lejos, no puedo hacer nada.

La conexión se está rompiendo.

No te rompas, susurro.

No quiero que se rompa.

¿Quieres que se rompa?

Y aquí estoy otra vez, llorando. No me gustan los finales, nunca me han gustado; no me gusta sentir que esto es el final. No lo es, ¿verdad? Dime que no, por favor. Necesito que me digas que no se ha acabado, que no te vas a ir, que esa conexión no se ha roto.

No te vayas. Te necesito.

Por favor.




No hay comentarios:

Publicar un comentario